Los pinos se mueren, Tomicus, el último desastre medioambiental en Valencia.-


 Empezamos, muchos clientes nos dicen que los pinos se les están secando de manera veloz en toda la Comunidad Valenciana, esto es causa del Tomicus destruens y pinniperda, una plaga que se ha beneficiado de los efectos climáticos, pues la ausencia de lluvias favorece la proliferación de la plaga en ejemplares que se encuentran debilitados. 

La Generalitat Valenciana obliga al tratamiento de la plaga a los particulares en sus propiedades. ¿Estamos ante un nuevo desastre medioambiental como el de las palmeras?

Los daños que provocan sobre las especies del género Pinus son las galerías subcorticales en fustes y ramas y las perforaciones de la médula de las ramillas terminales. Como consecuencia, los efectos son la muerte y caída de ramillas terminales a partir de finales del verano, y la muerte de los pies afectados por el corte de circulación de la savia debido a las galerías realizadas en el fuste.



En algunos textos se diferencia la especie Tomicus destruens de la descrita anteriormente. Morfológicamente son idénticas, y además las galerías también son iguales. Lo único que las diferencia es el ciclo biológico ya que mientras T. piniperda hiberna en estado de imago para realizar las entradas en los troncos a principios de la primavera, T. destruens no cesa su actividad invernal como consecuencia de los climas más suaves reinantes en su área de extensión.

ESPECIE: Tomicus destruens (Wollaston,1865) 

ESPECIES AFECTADAS: Pinus sp. 

DAÑOS: Muerte de los pies por la alimentación de las larvas 

DISTRIBUCIÓN: Región paleártica y toda la península ibérica 

CURIOSIDADES: La alimentación de las larvas graba en la madera una serie de galería en forma de espina de pescado, que impiden la circulación de la savia y el agua, causando la muerte del pie afectado-

DESCRIPCIÓN Adulto: en esta especie no existe dimorfismosexual, los dos sexos son muy similares. Los adultos son unos escarabajos cilíndricos de entre 4 y 5 mm de longitud. La cabeza y el tórax son de color negro brillante, mientras que los élitros son de color marrón rojizo, pudiendo ser más oscuros. Las patas son fuertes y pequeñas, de color castaño. La cabeza es poco visible desde el dorso, ya que está casi oculta por el protórax, que se encuentra muy desarrollado. El rostro es corto, con antenas terminadas en maza ovoide con cuatro segmentos. Pronoto más largo que ancho, estrechado en la parte anterior. Los élitros son estriados, estas estrías la forman gruesos puntos espaciados y las interestrías tienen pilosidad regular. 

Los inmaduros presentan una coloración anaranjada, sin distinción entre cabeza tórax y abdomen. El abdomen no se encuentra bien esclerotizado y es translúcido, dejando entrever las alas bajo los élitros. Una vez que se exponen a la luz adquieren la coloración de la madurez. Puesta: la hembra coloca cada huevo individualmente en unas incisiones a cada lado de la galería materna, separadas alrededor de 1 mm. Los huevos son blanquecinos y brillantes, de 0,5 mm. de diámetro, aproximadamente. El número de huevos por puesta oscila entre 60 y 200. Larva: son ápodas, sin patas, ligeramente curvadas, con el cuerpo blanquecino y la cabeza de color caramelo, alcanzando 5 mm. de longitud cuando están totalmente desarrolladas. Pupa: las pupas son libres (exarata) blanquecinas y se distinguen claramente los apéndices

BIOLOGÍA: Su ciclo biológico es de una sola generación anual con varias generaciones hermanas. Es decir una sola hembra realiza distintas puestas durante el invierno, que dan lugar una vez al año a varios adultos que proceden de la misma hembra. A continuación se detalla este comportamiento: La hembra adulta inicia la galería y tras construir la cámara nupcial copula con el macho.

Posteriormente la hembra reinicia la galería materna, vertical, bastante rectilínea, de hasta 20 cm de longitud y de unos 3 mm. de anchura, ésta es única, ya que la especie es monógama. A cada lado de la galería excava unas pequeñas hendiduras de alrededor de 1 mm. de diámetro espaciadas 1 mm. El macho expulsa el serrín e impide la entrada de intrusos y la hembra deposita un huevo en cada una de las hendiduras. En climas templados, la primera puesta tiene lugar durante el mes de octubre, apareciendo las primeras larvas hacia el mes de noviembre según los factores climáticos. Las larvas desarrollan galerías larvarias perpendiculares a la materna cuya anchura va siendo mayor conforme la larva va creciendo. 

Desde la primera puesta hasta el mes de abril se detectan huevos y larvas bajo la corteza. Estos huevos han sido depositados generalmente en dos o tres ocasiones. Es decir la hembra realiza en octubre la primera puesta, posteriormente tras una alimentación de regeneración en las copas, vuelve a realizar una segunda puesta. Esto puede repetirse hasta tres y cuatro veces durante el invierno. Eclosionan los huevos y las larvas pasan por cuatro estadios transformándose posteriormente en pupa en la cámara de pupación. Todos los imagos inmaduros, procedentes de las diferentes puestas están a punto de abandonar las trozas entre los meses de marzo y mayo, por lo que la evolución de las larvas procedentes de la primera puesta es mucho más lenta que la de las posteriores. Una vez que emerge de la cámara el inmaduro, despigmentado, sale al exterior a través de unos orificios en la corteza y vuela hacia las copas de pies sanos para alimentarse de los brotes y así alcanzar la madurez sexual. 

En esta época se introduce en los ramillos, a través de un agujero que orada en su base y se alimenta de la médula de los mismos, provocando su muerte y la posterior caída al suelo. Este es un síntoma claro del ataque de Tomicus, la presencia de ramillos huecos en el suelo del pinar, encontrándose en ocasiones dentro el imago. El verano transcurre con los imagos en las copas o en las resquebrajaduras de la corteza, hasta que en el mes de octubre comienza la oviposición que dará lugar a la nueva generación. 

 DAÑOS: Tomicus destruens (Wollaston, 1865) es un perforador que afecta a Pinus sp. Los daños que causa a las masas son de dos tipos; por una parte los imagos en la fase de maduración provocan la muerte de ramillos cuando se alimentan de su médula. Por otra parte, y mucho más graves son los daños causados por las larvas. Una vez eclosionados los huevos las larvitas comienzan a alimentarse del floema, introduciéndose ligeramente en el xilema, lo que hace que las galerías queden grabadas en la madera. Estas galerías larvarias, en caso de fuerte infestación interrumpen completamente la circulación del árbol, causando su muerte segura.

Inicialmente se produce un amarilleamiento de la copa, que pasa posteriormente a tener un tono rojizo y finalmente muere. Los mayores daños son los que causa sobre las repoblaciones jóvenes o sobre las masas adultas que vegetan en precario. Esta especie se considera como primaria, es capaz de atacar y colonizar árboles sanos, aunque previamente tienen que haberse producido una serie de condiciones que favoreciron su expansión. Es decir con niveles “normales” de población, los ataques se producen sobre pies debilitados por cualquier causa, por ejemplo, sequía, encharcamiento, pies derribados por viento y nieve o sobre restos de cortas. 

Cuando se produce un aumento importante en la población, los ataques sobre un mismo pie son muy numerosos pudiendo vencer la resistencia a la colonización de un pie sano. El orificio de penetración del imago en el árbol en pie, se observa en la corteza por el grumo de resina semicónico en cuyo vértice se encuentra la perforación. Esta resinación es la defensa del árbol, de modo que dificulta mecánicamente la penetración del escolítido, provocándole, en el caso del éxito del árbol, su muerte o su emigración. Cuando se alcanza un nivel importante de la población los ataques sobre pies sanos son posibles. Los daños de Tomicus destruens sobre la masa comienzan por pocos pies en un foco, aumentando paulatinamente, conforme aumenta la población, llegando un momento en que las consecuencias pueden ser muy graves, afectando a superficies importantes. 


 DISTRIBUCIÓN: Su distribución mundial comprende gran parte de la región paleártica, Europa y Asia. En Estados Unidos se descubrió por primera vez en 1992, y desde entonces ha causado graves daños en las plantaciones de árboles de navidad. En España se ha citado en gran parte de las provincias, por lo que es de suponer que se encuentra en toda la superficie de la península donde hay pinar, causando en ocasiones graves daños. Se ha encontrado sobre Pinus sylvestris, Pinus nigra, Pinus pinaster, Pinus pinea y Pinus halepensis. En diferentes provincias ha causado graves daños sobre las masas de Pinus pinaster que vegetan en precario, provocando la desaparición de muchas hectáreas arboladas. 

 MÉTODOS DE CONTROL: El mejor control que se puede realizar en zonas susceptibles de sufrir ataques de Tomicus destruens es el de los niveles poblacionales. De este modo si se mantiene la población controlada se evitarán los ataques masivos y mortíferos sobre pies sanos. Por una parte es imprescindible evitar la presencia de pies debilitados, sobre todo por daños debidos al viento, a la nieve, o a los incendios, lo que puede conseguirse mediante actuaciones selvícolas encaminadas a mejorar el estado de la masa, tales como claras y clareos. Por otra parte se debe evitar el aumento de población debido a la colonización de los residuos recientes de aprovechamientos de madera, u ocasionada por el ataque a los pies muertos en fechas próximas a la de penetración del perforador.

Una vez que se ha producido el ataque las formas de lucha más eficaces son dos, la detección y eliminación de los pies infestados antes de la emergencia de las nuevas generaciones, y la colocación de pilas cebo. En el primer caso las actuaciones son muy eficaces, ya que los árboles infestados durante el invierno han actuado como atrayentes, y la destrucción de los mismos antes de la emergencia de los adultos elimina una parte importante de la población. 

El principal problema es la detección de estos pies. Si las estaciones donde están localizados son muy frías, la decoloración de las copas se detecta cuando se comienza a mover la savia en primavera, y entonces es muy probable que los nuevos imagos ya hayan emergido. Si esto es así, la eliminación de esos pies no conseguirá el objetivo de reducir la población de Tomicus destruens.

En estaciones templadas el amarillamiento se produce poco antes de las emergencias, por lo que el tiempo disponible para actuar es muy pequeño. Así pues estas actuaciones selvícolas son factibles en zonas cálidas, en que el amarillamiento se detecta a finales de enero, teniendo al menos un mes para la detección y eliminación de los pies afectados. 

La colocación de pilas cebo hace posible una óptima planificación, ya que los datos de los daños en los focos observados en primavera-verano permiten realizar la colocación de pilas cebo en otoño-invierno. El objetivo de las pilas cebo es atraer el mayor número posible de individuos mediante la colocación de grupos de árboles tronzados que irán renovándose para que resulten atractivos a los imagos.

Una vez colonizados y antes de que la nueva generación emerja serán destruidos. El empleo de organofosforados o piretroides sobre la pila cebo para impedir la salida de los adultos se restringe bastante por la minuciosidad del tratamiento y la peligrosidad de la acción del producto sobre la fauna no objetivo. 

Otra forma de lucha cada vez más en desuso, contra los ataques graves producidos por este escolítido, es el tratamiento químico contra la nueva generación de imagos cuando se dirigen a las copas para alimentarse en ellas. La alta especialización técnica, la dificultad del tratamiento y el impacto negativo sobre el medio ambiente hacen muy poco empleado este método de lucha. En los tratamientos químicos siempre se debe tener en cuenta el cumplimiento de la normativa vigente. Los productos fitosanitarios empleados deben encontrarse inscritos en el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación. 

Como alternativa y complemento a los métodos de control comentados, en España se ha de llamar la atención sobre el avance en las investigaciones encaminadas a la utilización de feromonas sintéticas para la captura de adultos. Es probable que en un corto plazo se consigan emplear contra esta plaga.

La Generalitat Valenciana responsabiliza del control de la plaga, apeo de arboles enfermos a los particulares. ¿Estamos ante la desaparición de los pinares valencianos como ocurre con las palmeras?

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Fuentes: Generalitat Valencia, Junta de Andalucía, Taller de Empleo Rocafort, http://www.barkbeetles.org/, Wikipedia, magrama.es

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